Todo cambia. La voluntad del hombre, cansado de la lucha, en conflicto continuo con un ideario tallado a conciencia, ha dado paso a las sombras chinescas. El miedo a la tradición, hoy por hoy, no es más que miedo por tradición al miedo mismo. Polvo cubriendo el eco de teatros, salas de proyecciones…hasta el mismo corazón del romanticismo heredado. El oído pierde el timbre en favor del culto al ojo. La música queda relegada a acompañar la evolución del silencio, mientras el espíritu se sirve de dioses a la carta. Todo cambia a ritmo continuo…

Así pues, mejor dedicarse al cine.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Mlyn I Krzyz (The Mill and the Cross), 2011

Orión queda muy lejos

Con esta película me gustaría introducirme dentro del pasado Festival de Cine Independiente de Sevilla que transcurrió del 4 al 11 de noviembre. Preferiría centrarme en las proyecciones de las sección oficial, con intención de adentrarme en su opción a premio, y también, para que quien no las haya visto pueda utilizar mi texto como introducción al apto de ir a verla tanto al cine, si la proyectan, o descargarla. El molino y la cruz es una película que gira en torno al hecho Frankensteiniano de darle la vida a la pintura de "Cristo cargando la cruz" del flamenco Pieter Brueghel el Viejo.
Cada uno de sus personajes poseen un carácter sacado del mismo cuadro, conseguido también gracias a una fotografía que durante toda la película, cambia todo paisaje de fondo por las propias pinturas flamencas de la época, el sabor de una estética colorida a pinceladas combinada con las diferentes escenas de los personajes llame la atención y haga quedarte viéndola atentamente. Quizás el problema de la misma es también que en la escasez de diálogo no se encuentra ningún mensaje, y ni siquiera te transporta tanto como pudiera, debido a que el tratamiento del propio dolor de los personajes se traslada a quien la ve en lo que es un acto de suicidio colectivo cerebralmente hablando.A destacar convincente actuación del eterno replicante; Rotger Hauer, quien consigue transmitir algún sentimiento, aunque sin demasiada profundidad. A título personal, tras analizarla concienzudamente, me quedo con la puesta en escena de vestuario, conseguido hasta el último detalle, la localización del molino, rudo y envejecido, como quienes lo trabajan; Y la canción que repite una y otra vez el trovador con un cuerno, ya que aunque pueda conseguir cansar al propio espectador, consigue algo mucho más importante, que durante días estés tarareándola.
                                                                                                                                               J. P De Cosa

viernes, 4 de noviembre de 2011

Bukowski: Born into this (2003)

Nacido para ésto

John Dullaqhan se atreve con un retrato interior del polémico escritor nortemaericano: Charles Bukowski.
De forma autobiográfica despedaza el el alma del propio escritor, exprimiendo sus recuerdos, sus malas noches, sus amores, quizás un punto de inflexión fundamental en el documental, y los miedos que ha vivido en su propia piel, introduciéndote en las bocanadas de humo, botellas vacías de vino y páginas y páginas escritas a máquina. Intercala, aportando mayor dinamismo, entrevistas tanto con sus antiguas parejas sentimentales, como con sus polvos de una noche, quizás para grabados toda la vida, amigos y algunos artistas de la talla de Tom Waits o Sean Penn, quienes hablan ya no tanto acerca de la figura del artista, sino de la corriente literaria ubicada dentro del realismo sucio, sin apenas salida comercial, y de la cual Bukowski se erige como padre fundador en revistas panfletarias sin calidad estilística ni divulgativa. Su editor arroja luz acerca de sus motivaciones para financiar al hombre que había tras la máquina para que escribiera fuera del mundo laboral. Es un viaje marcado por la excentricidad y la suciedad del legado social de los hipsters o beats, narrando en un tono directo y natural si apenas colorante.
Ciudades carcomidas por la droga y la podredumbre, y jóvenes y más jóvenes esperando un soplo de aire fresco mediante el arte en su estado más abstracto.Retrata los fondos, no tan bajos, con pelos y señales. Detalladamente escupe nombres de elementos sociales, sobretodo vinculados al arte, sin intenciones críticas más allá de la disección aséptica de cada uno de ellos en el entorno donde interpretaban sus papeles.
Biografía audiovisual del escritor, bajo la banda sonora que corre a cargo James Stemple, herido desde la infancia por la debilidad que produce el miedo, el rechazo y la violencia, ya no sólo familiar, sino de una cultura de Bienestar, dura y afilada. Pasa de ser un mero observador externo de la situación político, desmarcándose casi siempre, al contrario que hiciese Allen Ginsberg, e interno de las pasiones de USA, para convertirse en el corazón de la sociedad insensibilizada.

                                                                                                                                               J.P De Cosa

jueves, 3 de noviembre de 2011

Crítica: Terciopelo azul (Blue Velvet, 1986)

-Te he dicho que me llames "papi"

Sinopsis: Una mañana, Jeffrey Beaumont (Kyle MacLachlan), después de visitar a su padre en el hospital, encuentra entre unos arbustos una oreja humana. La guarda en una bolsa de papel y la lleva a la comisaría de policía, donde le atiende el detective Williams (George Dickerson), que es vecino suyo. Comienza así una misteriosa intriga que desvelará extraños sucesos acontecidos en una pequeña localidad de Carolina del Norte.

Terciopelo azul se consolida como parte de uno de los gérmenes del imaginario del director estadounidense, David Lynch. El Estado de Bienestar, con sus supuestas felicidades sociales, sus bailes de fin de curso, sus capitanes de equipo de fútbol americano, padres rigurosos, madres floreros, y ante todo, un aire viciado y negro, que sólo consigue envolver al espectador más y más dentro de la historia que cuenta.
Lynch consolida a uno de sus actores fetiches, Dennis Hooper, quien un par de años más tarde protagonizaría "Twin Peaks", (¿Quién mató a Laura Palmer?) quien en un tono alejado de dramatismos shakespearianos sirve de hilo conductor para someternos al test de intriga que ofrecen los acontecimientos policíacos, mediante un cine negro cuidado, pero con clara denominación de origen. La otra parte de la película consiste en la utilización de recursos expresivos y experimentales con los cuales aumentar la tensión y las emociones que aportan las diferentes escenas.
Como elemento guía e imprescindible se encuentra la banda sonora, compuesta y re-interpretada por Angelo Badalamenti, que girando en torno al tema "Blue Velvet" de Bobby Vinton, interpretado por Isabella Rosellini, que más que una canción de acompañamiento es un catalizador de la esencia de esa etapa de bienestar dentro de los EEUU, donde la sonrisa está a la orden del día, y el corazón en un puño, tras los ojos inquietos de una juventud con hambre de vida.
Cuidada en cada uno de sus planos, e innovadora en cuanto al lenguaje, consigue atraer desde el comienzo y hacer que pongamos la oreja para oír cada pequeño ruido para no perder detalle, mientras cerramos los ojos, vestidos con ese terciopelo azul, que es cada emoción, en cada individuo, a punto de volverse loco.

                                                                                                                                               J. P De Cosa